Pues bien, lo cierto es que los estudiosos del tema afirman
que hay personas que pueden pasarse alrededor del 30% de su jornada soñando
despiertos (particularmente el número me resulta un tanto elevado pero eso es
lo que tienen las estadísticas).
No obstante, a corroborar estas cifras viene una
investigación realizada recientemente por los psicólogos Erickson y Rossi. En
el estudio en cuestión se demuestra que en los estados donde se sueña despierto
las personas viven verdaderos estados de trance hipnótico natural
caracterizados por una elevadísima presencia de ondas alfa y theta. Pero lo más
interesante es que estos estados son muy útiles ya que permiten que la mente
descanse y facilita la creación de un nuevo orden mental.
Así, este estado de trance cotidiano sería una especie de
“red neuronal que se activa por defecto”. Es decir, se activa cuando estamos
inmersos en una actividad particularmente sencilla y poco importante de la cual
muchas veces deseamos escapar.
En la actualidad se reconocen fundamentalmente dos formas de
“construir castillos en el aire”:
1. Positiva-constructiva: que incluye el pensamiento
positivo, constructivo y creativo.
2. Pensamiento disfórico: donde aparecen las rumiaciones y
es como si el pensamiento se adueñase de nuestra voluntad, creando sensaciones
desagradables y molestas.
Curiosamente, un estudio realizado en el año 2009 por Kane y
McVay, demostró que tenemos una tendencia al pensamiento disfórico cuando
estamos inmersos en un contexto caótico, vivimos una situación particularmente
estresante, tenemos sueño o estamos aburridos. Al contrario, tendemos a soñar
con los ojos abiertos de forma constructiva cuando estamos desarrollando una
actividad agradable.
En este punto la línea a seguir es muy clara: soñar con los
ojos despiertos es positivo porque favorece un nuevo orden mental y nos permite
descansar pero tenemos que estar particularmente vigilantes a los pensamientos
negativos, para lo cual bastará subir la guardia cuando estamos en contextos
poco placenteros. De esta forma podemos obtener solo los beneficios de estos
estados de trance cotidianos.
Fuentes:
Kane, M.;
McVay, J. C. & Kwapil, T. R. (2009) Tracking the train of thought from the
laboratory into everyday life: An experience-sampling study of mind wandering
across controlled and ecological contexts. Psychonomic Bulletin &
Review; 16(5): 857-863.
Erickson,
M. H. & Rossi, E. L. (1977) Autohypnotic experiences. American Journal of
Clinical Hypnosis; 20(1): 36-54.
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