jueves, 1 de diciembre de 2011

¿Cómo detectar mentiras? #4: Los ojos fijos


Entre las “cartillas” de lenguaje corporal que abundan en internet, un mito muy difundido es el siguiente:
“Los ojos de una persona que miente tratan de evadir constantemente a su interlocutor, ya sea por vergüenza o pesar.”
 Ojos que se mantienen fijos al mentir
Nada más alejado de la verdad.
Mentir es como jugar al baloncesto. ¿Se imaginan que estén probando sus tiros, y que cada vez que lancen el balón, volteen hacia otro lado? Poco probable; siempre querrán ver si acertaron o no. Y exactamente eso es lo que hacemos; mantenemos nuestra mirada fija en la trayectoria del balón.

Cuando mentimos, lanzamos una “pelota” que esperamos nuestro interlocutor atrape. Esperamos que se convierta en un ´punto´. Esperamos que baje la guardia y nos crea. Hasta entonces, tratamos de escrutar cada centímetro de su rostro; el brillo de sus ojos, la tensión en su cara, el color de la piel, la respiración… buscamos de manera deseperadamente inconsciente una confirmación de que nuestra falsedad ha destruido por completo la duda de la otra persona. Hasta entonces, no dejaremos de mirar.

¿Es confiable esta lección?
Todo exceso es sospechoso. En algún momento nos habremos topado con alguien que sabíamos que mentía… y que se esforzaba ridículamente por no establecer contacto visual alguno. Quizás se quedaba viendo una grieta en el techo, o quizás una piedrita en el piso… pero nunca volteaba a vernos. Lo más probable es que no tuviese un argumento, sino que más bien se empeñara una y otra vez en negar su participación o conocimiento de la acusación. En este caso, la certeza de que está mintiendo es aún mayor.
En uno u otro caso, mantener la mirada fija o evadirla totalmente son signos claros de que la persona esconde algo.
Fuente:lenguajecorporal.org

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