En el imaginario popular se ha creado una imagen que asocia
la ansiedad a las circunstancias negativas, desagradables y peligrosas. Sin
embargo, también las situaciones positivas pueden provocar una buena dosis de
ansiedad. ¿Quién no se ha sentido ansioso ante la llegada de un bebé o con una
promoción laboral?
Y es que los cambios, independientemente de si son positivos
o negativos, suelen generar temor y ansiedad. Esto sucede porque nos vemos
obligados a salir de nuestra zona de confort para enfrentarnos con una
situación parcialmente desconocida. Por supuesto, en este punto te estarás
preguntando cómo manejar la ansiedad generada por los cambios. Afortunadamente,
existen algunas técnicas muy simples que te ayudarán a lograr tu cometido:
1. Escribe las causas de la ansiedad. ¿Qué te asusta? ¿Qué
consecuencias te atemorizan? En el peor de los casos, ¿qué podría ocurrir?
Escríbelo todo y después, reléelo todo. ¿Qué probabilidades reales existen de
que tus temores se verifiquen? Seguramente te percatarás de que estás
exagerando las consecuencias del cambio. En tu mente has creado toda una
película que sin dudas es atemorizante pero muy improbable.
2. Respira. Cuando estamos estresados, asustados o ansiosos
nuestra respiración tiende a hacerse más entrecortada. Por eso, si te sientes
particularmente ansioso, toma un buen respiro, cuenta hasta 6 mientras inspiras
y hasta 8 mientras expiras. Repítelo al menos unas diez veces. Verás que al
terminar te sentirás mucho más relajado.
3. Haz ejercicio con regularidad. Caminar o correr son
ejercicios excelentes para quien padece de ansiedad, sobre todo si eliges un
paisaje verde y relajante como telón de fondo. Las hormonas que se liberan
durante el ejercicio físico no solo te permitirán sentirte más relajado sino
también más feliz. Cuando te sientas particularmente ansioso, simplemente
emprende un paseo a paso rápido entre los árboles o junto a la playa.
4. Busca tus recuerdos positivos. Cuando te sientes ansioso
normalmente es porque te concentras en situaciones futuras que podrían
desestabilizarte. Una excelente forma para manejar la ansiedad es mirar hacia
el pasado recordando situaciones en las cuales nos sentíamos protegidos y
contentos.
5. Evita los estimulantes. Mientras dure el periodo de
transición correspondiente al cambio, evita consumir los estimulantes del
sistema nervioso como el café, la coca cola, las bebidas energéticas y el
cigarro. De esta forma te sentirás más relajado.
Recuerda que el cambio nos asusta porque lo vemos como un
enorme “todo” amenazante pero si lo divides en pequeños pasos te percatarás que
no es para tanto.
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