La crisis económica que parece haber llegado para quedarse
ha provocado una época particularmente fuerte de incertidumbre. Por eso no es
extraño que a las consultas de los psicólogos lleguen cada vez más personas con
problemas de ansiedad y depresión. Obviamente, los problemas para mantener o
encontrar un empleo así como la imposibilidad de saber cuándo terminarán las
dificultades económicas generan un gran malestar que se expresa en el día a
día.
En gran parte, estos problemas están determinados por
nuestro afán de control y seguridad. Es decir, esperamos encontrar un empleo y
mantenerlo por toda la vida sin tener la necesidad de enfrentarnos al cambio.
Sin embargo, ahora estamos obligados a reciclarnos y desarrollar nuevas
habilidades, lo cual, podría no ser del todo negativo.
El peligro de la inseguridad
Un estudio desarrollado en la Universidad de Claremont ha
desvelado la faceta más negativa de la inseguridad. En este experimento los
investigadores le pidieron a algunos estudiantes que escribiesen sobre temas
sobre los cuales se sentían inseguros. De esta forma se generaba el sentimiento
de incertidumbre.
A continuación, se les preguntaron sus opiniones sobre
algunas alternativas que podrían adoptarse para cambiar el campus
universitario. Así se pudo comprobar que quienes se sentían más inseguros
tendían a optar por soluciones más radicales.
Este no ha sido el único estudio que ha correlacionado la
inseguridad con el pensamiento radical. De hecho, es bastante comprensible que
cuando una persona se sienta insegura, opte por las vías más radicales con la
esperanza de ver resuelto su problema lo más pronto posible. Obviamente, cuando
muchas personas se sienten inseguras, esto podría crear fuertes problemas
sociales y el surgimiento de grupos extremistas.
Cinco estrategias para eliminar la inseguridad ante el
futuro
Afortunadamente, existen algunas estrategias que podemos
poner en práctica para eliminar la inseguridad ante el futuro.
1. Aceptar la realidad. Detente un segundo y plantéate estas
preguntas: “¿puedes cambiar la realidad? ¿Hasta qué punto puedes cambiar tu
realidad?” Todo lo que no puedas cambiar queda fuera de tu margen de acción y,
por ende, sería mejor que dejases de preocuparte por ello aceptándolo tal cual
es.
No se trata de asumir una actitud derrotista y resignada
sino de dirigir nuestros esfuerzos hacia aquello que realmente podemos cambiar
a nuestro alrededor y que nos hará sentir mejor. En la inmensa mayoría de las
ocasiones el problema no se crea en el ambiente sino en la repercusión que
nosotros mismos le brindamos.
2. Vivir la incertidumbre como un reto. A todos nos gusta
tener certezas pero desgraciadamente, no siempre es posible. Mientras antes
aceptes esta idea, mejor te sentirás. La incertidumbre te brinda espacio para
valorar nuevas alternativas y recorrer otros caminos. Es una oportunidad para
crecer y mirar más allá de nuestro pequeño patio abriéndonos a nuevos
paradigmas y formas de hacer.
3. Ser proactivos. A muchísimas personas la inseguridad y la
incertidumbre las paraliza. En este punto, no se mueven de su situación y solo
se quejan. Es normal que cuando todo cambia a peor pasemos por un momento de
desestabilización emocional pero mientras antes te recuperes, antes podrás
comenzar a crearte un nuevo camino. Quedarse sentado a lamentarse esperando que
los demás (y por los demás indico desde la familia hasta las instituciones
estatales) resuelvan nuestros problemas no es la mejor solución.
4. Crear alianzas. En tiempos de crisis no solo sale a la
luz lo peor de las personas sino también su mejor faceta. La crisis económica
es una oportunidad de oro para establecer alianzas estratégicas y comenzar un
nuevo proyecto.
5. Organizar planes a corto plazo. La causa de los
desengaños no está en el medio sino en nuestras expectativas. Por ende, debemos
aprender a caminar dando solo un paso a la vez y con la mirada puesta en el
futuro más cercano. De esta forma podremos contar con un plan de acción
flexible que se adaptará a cualquier cambio en las circunstancias.
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