jueves, 28 de junio de 2012

Facebook y Twitter: Hacia una mente adulta pero infantilizada


En las redes sociales todos podemos convertirnos en estrellas, llegar a personas de todo el mundo y tener la sensación de que no estamos solos. Y todo esto nos parece cool, innovador, a la moda… Pero pocas cosas en el mundo son lo que parecen a primera vista.
 
Por eso Susan Greenfield, profesora de Farmacología Sináptica en el Lincoln College de Oxford, nos alerta sobre los peligros de las redes sociales como Facebook y Twitter afirmando que representan un arma (en el sentido metafórico del término) para desarrollar mentes infantilizadas.

De hecho, la inmensa mayoría de las redes sociales demanda cortos períodos de atención, son sensacionalistas, reducen la capacidad de sentir empatía y promueven un pobre sentido de la identidad. Greenfield afirma que la ausencia de una narración coherente en las redes sociales y la escasa importancia a largo plazo de los contenidos que se comparten, puede dar lugar en los próximos años a adultos con mentes infantiles.

¿Por qué sucedería esto?

Greenfield explica que si la mente de un niño o adolescente está continuamente expuesta a la rápida cadena de acción-reacción de las redes sociales, nos acostumbraremos a reaccionar de manera muy veloz pero solo durante escasos periodos de tiempo. Sin embargo, como en la realidad cotidiana las cosas demandan de mucho más tiempo que en Internet, desarrollaríamos un déficit de atención y una incapacidad para controlar los impulsos, justo como los niños.

Para ponerlo en palabras sencillas: ¿cuántas veces has estado viendo un filme y has deseado adelantarlo para obviar las escenas aburridas o simplemente para llegar al final? ¿en cuántas ocasiones has abandonado un libro porque era demasiado voluminoso? Estas podrían ser consecuencias de la inmediatez a la cual nos tienen acostumbrados tanto las redes sociales como Internet en general.

El hecho de que recibamos de manera casi inmediata la recompensa que estamos buscando condiciona nuestros circuitos neuronales haciéndonos más impacientes, irracionales e intolerantes; sobre todo cuando las situaciones demandan más tiempo del que estamos habituados.


Otra visión del fenómeno

También hay quienes piensan que las redes sociales e Internet realmente nos ayudan a optimizar nuestro tiempo e incluso se convierten en un catalizador de la plasticidad neuronal. Es decir, esta velocidad de respuesta nos ayudaría a ser más rápidos y eficaces en nuestra vida cotidiana puesto que hemos sometido a nuestros circuitos neuronales a un “entrenamiento intenso”.

Obviamente, esta también es una visión válida de la influencia de las redes sociales e Internet pero… ¿dónde está el límite entre la capacidad de reacción rápida y la hiperactividad y la falta de atención? Recordemos que nuestro cerebro también tiene sus propios límites 

lunes, 25 de junio de 2012

¿Por qué algunos tienen suerte y otros no?


A grosso modo, podría decirse que existen dos tipos de personas: las que creen en la suerte (y casi siempre andan amargadas) y las que se crean sus propias oportunidades. Estas últimas suelen estar abiertas a todas las opciones, valoran todos los senderos que pueden seguir y, si las cosas no salen como esperaban, se levantan, se sacuden la decepción y siguen adelante buscando una nueva oportunidad. Obviamente, esta forma de comprender la suerte les permite vivir más felices y alcanzar sus objetivos.
 

La suerte es difícil de estudiar pero Elizabeth Williams Nutt, profesora de Psicología en la Universidad de St. Mary en Maryland, encontró que las personas “con suerte” comparten algunas características esenciales: aprovechan las oportunidades, son competentes, tienen confianza en sí mismos y asumen riesgos. Otro detalle importante es que estas personas suelen tener un fuerte sistema de apoyo a su alrededor.

Por otra parte, Richard Wiseman encontró que las personas con suerte muestran elevadas puntuaciones en el factor extroversión de la escala de personalidad. Esto significa que estas personas son más propensas a tener encuentros fortuitos, a conocer más gente nueva y a tener grandes grupos de amigos y conocidos. De la misma forma, estas personas puntúan más bajo en la escala de neuroticismo, lo que indica que tienden a experimentar menos estados negativos como la ansiedad, la ira, la culpa y la depresión.

Este psicólogo realizó un experimento muy interesante en el cual colocó dinero en el suelo para que las personas lo encontraran como por azar. Tanto las personas que se consideraban afortunadas como las que no recogieron el dinero pero su actitud posterior fue diferente. Las personas que se consideraban a sí mismas como afortunadas después de encontrar el dinero, se dirigieron hacia el mostrador de la cafetería y entablaron una animada conversación con uno de los investigadores mientras que quienes pensaban que tenían mala suerte, recogieron el dinero sin dar muestra de alegría, pagaron su café y se marcharon de la cafetería.

¿Qué significa esto?

Que probablemente ni siquiera este encuentro “fortuito” de dinero cambió la creencia de las personas de que tenían mala suerte. En otras palabras, estamos tan encerrados en la visión que tenemos de nosotros mismos que ni siquiera las “señales” externas nos hacen cambiar esta imagen.

En fin, que quizás deberíamos cambiar el concepto que tenemos de lo que es la suerte. Dejar de pensar que se encuentra fuera de nosotros y comenzar a imaginar que la suerte también es una actitud ante la vida.

Afortunadamente, Wiseman nos da algunos tips para “atraer la suerte”:

- Rompe la rutina: conoce personas nuevas, emprende caminos diferentes para llegar al mismo sitio y ábrete a las oportunidades, incluso si son del todo desconocidas.

- Transforma lo negativo en positivo: si sucede algo malo, piensa que pudo haber sido peor y trata de sacar lo más positivo de este hecho, aunque sea tan solo una enseñanza para el futuro.

- Sigue tu instinto: en muchas ocasiones es el instinto quien nos conduce a tomar las mejores decisiones por ende, deberíamos aprender a escucharlo más.

- Plantéate metas elevadas pero alcanzables: establece objetivos elevados que demanden esfuerzo y persistencia pero que puedan ser alcanzados. Poner el listón alto en ocasiones es todo lo que necesitas para tener suerte.

¿En qué momento del día somos más creativos?


Existen miles de técnicas muy complicadas cuyo objetivo es fomentar la creatividad pero también hay decenas de pequeños trucos que nos permitirán ser más creativos con el menor esfuerzo posible. Precisamente uno de ellos es elegir el momento del día adecuado para desarrollar las tareas en las cuales debemos ser más originales.


Los investigadores Mareike Wieth y Rose Zacks reclutaron a 428 estudiantes y llegaron a una curiosa conclusión: si eres de las personas más eficientes en las tardes, entonces el momento más creativo del día es justo al amanecer pero si eres de los madrugadores, entonces tendrás tu pico creativo en las tardes.

Para llegar a estas conclusiones los investigadores identificaron qué estudiantes eran madrugadores y cuáles eran más productivos en las tardes. Luego les pidieron que resolvieran seis problemas; de ellos, tres demandaban soluciones por insight y tres requerían soluciones analíticas. Para resolver cada problema los estudiantes tenían a su disposición solo 4 minutos.

Lo interesante del experimento es que la mitad de los participantes fueron evaluados a primera hora de la mañana, alrededor de las 8.30 mientras que el resto fue analizado en la tarde, entre las 16.00 y las 17.00 horas.

Finalmente se apreció que los estudiantes obtuvieron mejores resultados en los problemas de insight cuando los realizaban en el horario en que se sentían menos óptimos. Cuando los madrugadores fueron evaluados en la tarde y los “búhos” al amanecer, se apreciaron índices de éxito del 56, 22 y 49% (respectivamente, por cada uno de los problemas propuestos). Sin embargo, cuando se invirtió el horario de las tareas haciéndolo coincidir con su momento más óptimo del día, los índices de éxito disminuyeron a: 51, 16 y 31%.

¿Por qué sucede esto?

En esencia, debido a que los problemas que deben resolverse desde una perspectiva creativa usando el insight demandan una aproximación no convencional. Y es más fácil lograr esta perspectiva cuando tenemos sueño; es decir, cuando nuestra corteza prefrontal está más inhibida. Esto se debe a que la corteza prefrontal suele actuar como un tamiz crítico que en muchas ocasiones no deja aflorar las ideas más originales. Por ende, cuando la misma “baja la guardia”, pueden surgir ideas mucho más arriesgadas y originales.

miércoles, 20 de junio de 2012

Conectados pero solos. Las tres mentiras de las redes sociales


En los últimos tiempos el número de redes sociales ha aumentado de manera exponencial. Tal pareciera que alguien tiene una varita mágica que, al moverla, crea como por encanto una nueva red social. Facebook, Twitter, Google Plus, LindedIn, Youtube y Pinterest son solo algunas de las más conocidas pero existen decenas de sitios prácticamente idénticos entre los cuales dividimos nuestra atención.
 
Todas las redes sociales se venden y promocionan como sitios donde uno puede compartir, conectar con los otros y controlar lo que sucede. Es tan sencillo escribir un mensaje, releerlo y, si no está bien, simplemente oprimir la tecla “Delete” para volverlo a reescribir de la manera más adecuada. Sin embargo, esto nos hace mostrar una faceta construida. Nuestro perfil online es una imagen idílica de nosotros , de lo que desearíamos ser y de lo que queremos que los demás sepan de nosotros.

¿Han visto en alguna ocasión en Facebook una foto de alguien llorando o triste? Y es que a nuestro perfil subimos las imágenes de esos momentos idílicos, las vacaciones en familia, la fiesta con los amigos… Pero una parte de nuestra intimidad se queda oculta. El problema es que realmente no solo queremos ocultar esa faceta a los demás sino a nosotros mismos. De esta forma, no nos permitimos crecer como personas. Y es que las redes sociales son un gran agujero negro por donde no solo se escapa nuestro tiempo sino también nuestra propia identidad.


El fantasma de las redes sociales

Parafraseando a Carlos Marx podríamos decir que “un fantasma recorre al mundo, el fantasma de las redes sociales”. Y este espectro nos seduce con tres falsas premisas:

1. Podemos centrar la atención donde queramos, en el hecho y el lugar del mundo que deseemos. Sin embargo, realmente no nos percatamos que somos personas con limitaciones físicas, que nuestra memoria tiene una capacidad limitada al igual que nuestra atención y, por ende, de las decenas de historias o tweets que leemos al día, con mucha suerte, al pasar de un mes recordaremos tan solo uno o dos.

Entonces… ¿de qué sirve manejar tanta información si la olvidaremos apenas pasen unos días? ¿de qué sirve emplear tanto tiempo consumiendo datos y noticias si estas no tienen ninguna repercusión en nuestra persona, si no nos sirven para crecer?

2. Tenemos el control de lo que sucede. Es cierto, controlamos lo que escribimos y las fotos que subimos pero no controlamos lo que está sucediendo en nuestra vida real. Pasar más tiempo en las redes sociales implica relacionarse menos con las personas que nos circundan y dedicarle menos tiempo a la reflexión. Por ende, mientras más controlamos en el mundo online, más descontrolada queda nuestra realidad offline.

Cuando estamos en una reunión con los amigos o en una cena de trabajo y en vez de comunicar con las personas presentes nos dedicamos a enviar mensajes de texto con el móvil, estaremos cediendo una parte de nuestro control. Pero lo peor es que ni siquiera nos damos cuenta de que somos víctimas de la ilusión del control, desgraciadamente, la imagen de las parejas que salen a cenar pero que en vez de hablar están pendientes de su móvil es cada vez más frecuente.

3. No estaremos solos. Desde hace décadas han sido numerosos los psicólogos que se han referido al miedo a la soledad. Y es que somos seres sociales que necesitamos de las relaciones interpersonales para desarrollarnos. De hecho, nos construimos como personas a través de la imagen que tienen los otros y de la retroalimentación que estos nos brindan. El mecanismo es bastante simple: nos equivocamos, otros nos muestran el error y quizás nos indican una parte de la solución y nosotros crecemos. Es la idea básica de la Zona de Desarrollo Próximo.

Sin embargo, si nuestras relaciones se restringen cada vez más a las redes sociales y en ellas solo mostramos nuestra faceta más positiva, ¿cómo podemos crecer? De cierta forma, esto nos atemoriza y por eso evitamos reflexionar. De esta manera, nos rodeamos de cientos o miles de seguidores con los cuales mantenemos “conversaciones” intrascendentes que no nos permiten crecer y nos mantienen en la zona de confort propia de la adolescencia.

Por otra parte, cada vez tenemos más miedo a la intimidad por lo que nos vanagloriamos de poseer seguidores o fans pero evitamos las relaciones de amistad profundas. Pero… ¿conoces profundamente tan solo a diez de las personas con las cuales compartes información a diario? ¿sabes cuáles son sus problemas, cuándo fue la última vez que lloró? ¿estarías dispuesto de manera incondicional a ayudarle?

Puede sonar como un contrasentido pero la verdad es que si no aprendemos a estar solos, cada vez estaremos más solos.


Sin extremismos

Todas estas ideas no nos obligan a obviar las redes sociales o a dejar de usar el teléfono móvil. Estamos en la era de la tecnología y, ya sea por trabajo o para mantenernos en contacto con amigos en el otro lado del mundo, las redes sociales son una excelente herramienta.

Lo importante es reflexionar sobre el lugar que ocupan en nuestras vidas y redimensionar su importancia. Aprendamos a vivir más en nuestra realidad, a enfrentar nuestros miedos y a disfrutar de cada momento que pasamos con las amistades o la familia.

Y, lo que es aún más importante: cuando sientas la necesidad de acudir a las redes sociales es porque algo anda mal en tu realidad. Las redes sociales no son una cura para tus problemas, son un síntoma de algo más profundo.

miércoles, 13 de junio de 2012

El platano, la fruta de la felicidad

Es de todos el saber que el platano es una fruta rica en azúcares naturales: sacarina, fructuosa y glucosa conbinados con fibra, por lo que brinda un rápido y sustancial aumento de energía, muy utilizado en dietas de atletas profesionales.


Estudios de la FDA (Administración de Alimentos y Medicinas) han revelado que su alto nivel de potasio y poco sodio hacen del plátano un alimento idoneo para combatir la presión arterial elevada.
Los experimentos de la FDA realizados en Twickenham(Inglaterra) consistían en incorporar el plátano en el desayuno, merienda y cena de 200 estudiantes.
El resultado fue que la capacidad mental de dichos estudiantes aunmento reflejandose en las altas calificaciones obtenidas en sus exámenes universitarios. La explicación es que el potasio ayuda a aprender a los 
alumnos con mayor rapidez y aumenta su estado de alerta.


Pero el dato mas curioso se obtubo despues de que la MIND llevara a cabo un experimento con personas en estado de depresión. La incorporación diaria de plátano en su dieta hizo que alcabo de 2 semana esas persona se sintieran mucho mejor, recuperaran la simpatía por la vida, aumentara su buen humor, se sintieran mucho más relajadas y aumentara su sensación de bienestar. Todos estos efectos positivos se dan gracias a la cantidad de tríptofano que contiene el platano, dicho elemento es una proteina que al entrar en el organismo, este la combierte en "serotonina"(reconociada como un relajante)


Después de estos estudios empezo a suministrarseles mas plátano  a las personas que sufren DAO (Desordenes Afectivos Ocasionales) causando en ellos una relajación de las emociones y un aumento del buen humor.


Los médicos después de todos estos estudios empiezan hoy a aconsejar la incorporación diaria de plátano a personas cuyo trabajo en muy extresante.



martes, 5 de junio de 2012

¿Cómo eliminar la inseguridad ante el futuro?


La crisis económica que parece haber llegado para quedarse ha provocado una época particularmente fuerte de incertidumbre. Por eso no es extraño que a las consultas de los psicólogos lleguen cada vez más personas con problemas de ansiedad y depresión. Obviamente, los problemas para mantener o encontrar un empleo así como la imposibilidad de saber cuándo terminarán las dificultades económicas generan un gran malestar que se expresa en el día a día.
 
En gran parte, estos problemas están determinados por nuestro afán de control y seguridad. Es decir, esperamos encontrar un empleo y mantenerlo por toda la vida sin tener la necesidad de enfrentarnos al cambio. Sin embargo, ahora estamos obligados a reciclarnos y desarrollar nuevas habilidades, lo cual, podría no ser del todo negativo.


El peligro de la inseguridad

Un estudio desarrollado en la Universidad de Claremont ha desvelado la faceta más negativa de la inseguridad. En este experimento los investigadores le pidieron a algunos estudiantes que escribiesen sobre temas sobre los cuales se sentían inseguros. De esta forma se generaba el sentimiento de incertidumbre.

A continuación, se les preguntaron sus opiniones sobre algunas alternativas que podrían adoptarse para cambiar el campus universitario. Así se pudo comprobar que quienes se sentían más inseguros tendían a optar por soluciones más radicales.

Este no ha sido el único estudio que ha correlacionado la inseguridad con el pensamiento radical. De hecho, es bastante comprensible que cuando una persona se sienta insegura, opte por las vías más radicales con la esperanza de ver resuelto su problema lo más pronto posible. Obviamente, cuando muchas personas se sienten inseguras, esto podría crear fuertes problemas sociales y el surgimiento de grupos extremistas.


Cinco estrategias para eliminar la inseguridad ante el futuro

Afortunadamente, existen algunas estrategias que podemos poner en práctica para eliminar la inseguridad ante el futuro.

1. Aceptar la realidad. Detente un segundo y plantéate estas preguntas: “¿puedes cambiar la realidad? ¿Hasta qué punto puedes cambiar tu realidad?” Todo lo que no puedas cambiar queda fuera de tu margen de acción y, por ende, sería mejor que dejases de preocuparte por ello aceptándolo tal cual es.

No se trata de asumir una actitud derrotista y resignada sino de dirigir nuestros esfuerzos hacia aquello que realmente podemos cambiar a nuestro alrededor y que nos hará sentir mejor. En la inmensa mayoría de las ocasiones el problema no se crea en el ambiente sino en la repercusión que nosotros mismos le brindamos.

2. Vivir la incertidumbre como un reto. A todos nos gusta tener certezas pero desgraciadamente, no siempre es posible. Mientras antes aceptes esta idea, mejor te sentirás. La incertidumbre te brinda espacio para valorar nuevas alternativas y recorrer otros caminos. Es una oportunidad para crecer y mirar más allá de nuestro pequeño patio abriéndonos a nuevos paradigmas y formas de hacer.

3. Ser proactivos. A muchísimas personas la inseguridad y la incertidumbre las paraliza. En este punto, no se mueven de su situación y solo se quejan. Es normal que cuando todo cambia a peor pasemos por un momento de desestabilización emocional pero mientras antes te recuperes, antes podrás comenzar a crearte un nuevo camino. Quedarse sentado a lamentarse esperando que los demás (y por los demás indico desde la familia hasta las instituciones estatales) resuelvan nuestros problemas no es la mejor solución.

4. Crear alianzas. En tiempos de crisis no solo sale a la luz lo peor de las personas sino también su mejor faceta. La crisis económica es una oportunidad de oro para establecer alianzas estratégicas y comenzar un nuevo proyecto.

5. Organizar planes a corto plazo. La causa de los desengaños no está en el medio sino en nuestras expectativas. Por ende, debemos aprender a caminar dando solo un paso a la vez y con la mirada puesta en el futuro más cercano. De esta forma podremos contar con un plan de acción flexible que se adaptará a cualquier cambio en las circunstancias.

lunes, 4 de junio de 2012

¿Sabes por qué a ellas las seduce el humor inteligente?

Un artículo de El País/ GDA / El Nacional expone que el humor sigue estrategias cerebrales diferentes para hombres y mujeres. Para la población masculina, lo ilógico basta para despertar el sentido del humor, mientras que las mujeres requieren que esas situaciones absurdas sean graciosas y provoquen la emoción de lo divertido.
A las mujeres les seduce un humor inteligente
“El metanálisis, realizado en la Universidad de Navarra, se resume en un vídeo divulgativo y sus autores son Natalia López Moratalla, catedrática de Bioquímica y Biología Molecular; Carlos Bernar, especialista en Comunicación Audiovisual y Enrique Sueiro, experto en Comunicación Biomédica.

El estudio explica desde un punto biológico qué sucede en el cerebro desde que nos cuentan un chiste hasta que se desencadena la risa: primero usamos áreas de la corteza cerebral para procesar palabras y darnos cuenta de que lo escuchado o leído no tiene sentido. Después, la zona que procesa los sentimientos; allí lo absurdo o gracioso genera una emoción placentera porque entra en acción la dopamina, la hormona de la felicidad.

Los chistes más reídos suelen caracterizarse por utilizar juegos de palabras para crear situaciones absurdas. En general, las mujeres emplean más áreas cerebrales y, sobre todo, integran más lo emocional.  La mayor activación cerebral en la región prefrontal en las mujeres sugiere un mayor uso de la memoria a corto plazo en el procesamiento de la coherencia, el giro mental, la abstracción verbal, la atención autodirigida y el análisis de lo relevante, explica López Moratalla.

Esta experta compara el proceso cerebral del humor entre hombres y mujeres con un mapa de Metro: «Aunque los puntos de partida y llegada coincidan, las mujeres emplean más estaciones e implican mayor recorrido. Tanto en ellos como en ellas captar lo absurdo hunde sus raíces en la capacidad específicamente humana del cerebro ejecutivo de almacenar, manipular y comparar elementos interdependientes».