viernes, 6 de enero de 2012

¿Porque estamos obsesionados con los senos?


Desde hace miles de años, los senos femeninos han sido objeto de adoración en prácticamente todas las culturas y etapas del ser humano.  Si bien podemos pensar que los hombres hemos tenido mucho que ver en esta idealización, estudios recientes han comprobado que ambos sexos presentan cierta… “obsesión” con el tamaño del busto.
La obsesión de hombres y mujeres con los senos
Una tradición de poderosas razones
Obviamente, uno de los factores que más influye en esta “cultura de tetas y concursos”, como lo expresó Imanol Arias, es la preponderancia visual de los senos en la imagen femenina: se  encuentran justo al frente de su anatomía, a una altura ideal en cuanto a proporciones artísticas.   Por otro lado, desempeñan una labor básica en el sustento de los recién nacidos (y ni hablar de ser imanes para las manos masculinas).
Pero este énfasis que la naturaleza les dio por selección natural, se ha vuelto una especie de montaña rusa en lo que respecta al tamaño y volumen cuando se considera un aumento de voluptuosidad. En promedio, las prótesis escogidas en estos procedimientos cambian la copa en 2.6 tallas más, suficientes para modificar totalmente su apariencia original y requerir cierta “adaptación”, no sólo al nuevo peso y forma sino al impacto psicológico de esa nueva imagen.

La sociedad de las contradicciones
Las imágenes a las que estamos acostumbrados (y que nos llueven a través de todos los medios), es de mujeres increíblemente perfectas (Cual Stepford Wives), sin una gota de celulitis y en la mayoría de los casos con unos senos que harían palidecer a Lara Croft.  Por un lado, la mujer actual se siente presionada a “encajar” en esa peligrosa tendencia -la cual se refuerza por la constante competencia entre “amigas” que compiten con centímetros cúbicos de solución salina– Y por otro, en el ámbito profesional una mujer de senos grandes (especialmente si no son naturales), se relaciona con superficialidad y bajo profesionalismo; incluso pueden llegar a ser discriminadas.  Entonces, ¿En qué quedamos?

Las estadísticas reales (y no operadas)
¿Cuál será el índice de satisfacción de hombres y mujeres con respecto a los senos?  Si bien es cierto que los hombre nos sentimos fuertemente atraídos y hechizados por ellos, la mayoría no tenemos una preferencia expresa de tamaño, y muy especialmente cuando se trata de esa mujer que nos quita el sueño.  Investigadores en la UCLA y Cal State realizaron un sondeo en línea de más de 50.000 hombres  adultos heterosexuales, entre 18 y 65 años, quienes en un 56% dijeron que estaban plenamente satisfechos con los pechos de su pareja.

Cuando la misma encuesta fue orientada a mujeres, apenas el 30% dijo estar satisfecha con sus atributos.  Las encuestadas delgadas y de baja estatura se preocupaban por tenerlos muy pequeños, mientras que aquellas más maduras o de complexión gruesa le echaban la culpa de su descontento a la gravedad.

En todo caso, uno de los grandes mitos del aumento del busto es afirmar que las mujeres que se someten a esta intervención se sienten insatisfechas no sólo físicamente sino con otros aspectos de su vida.  ¿Por qué ésta afirmación es absurda? ¡Por la sencilla razón de que todos los seres humanos, de alguna manera, no estamos satisfechos con una o varias cosas denuestra existencia, y no por ello salimos corriendo a modificar nuestro cuerpo! De hecho, la mayoría de las pacientes manifiesta sentirse mucho mejor consigo misma con la recién adquirida “pechonalidad”.  Pero este “empujón” emocional no dura para siempre; como todo lo nuevo en nuestra vida, al volverse cotidiano puede perder gran parte de ese encanto original.

Si eres mujer, recuerda esto: lo más probable es que tu hombre esté más contento con tus senos de lo que te imaginas.  Si eres hombre, recuérdale siempre lo mucho que la amas (y lo mucho que te gusta, tal como es).

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