De seguro habrás escuchado contar la misma historia por
diferentes personas y te habrás asombrado al descubrir que algunos detalles no
coinciden. Incluso, si le pidieras a un amigo que te contase una aventura que
vivieron juntos, llegarías a sorprenderte de cuán diferente puede ser su
versión de la tuya.
Pues bien, se trata del Efecto Rashomon, un fenómeno
provocado por la subjetividad en el cual, las personas cuentan la misma
historia de manera diferente. Sin embargo, esto no significa que una de las
versiones sea falsa o que esté errada sino que simplemente está mediatizada por
la percepción individual.
Este efecto debe su nombre a la película “Rashomon”, de
Akira Kurosawa, un filme de los años ’50 que ganó el Premio de la Crítica en
Venecia y el Óscar a la Mejor Película Extranjera. En este filme se hacía
referencia a cómo diferentes testigos de un asesinato y el homicida describían
los hechos de manera diferente y hasta contradictoria.
Como estamos acostumbrados a pensar en términos de “blanco o
negro”, es normal que nos cuestionemos la veracidad de cada espectador pero si
pensamos en la realidad como un continuum que vemos a través de un prisma
individual, entonces no es extraño comprender que un mismo suceso puede ser
narrado y vivido de maneras diversas.
En el Efecto Rashomon inciden múltiples factores que van
desde la intensidad de las emociones en el momento en que estábamos viviendo el
evento en sí hasta nuestras experiencias pasadas o las expectativas que
tenemos. Por eso, algunas personas pueden tachar de inaguantable un filme que
para otros es una obra maestra. Las escenas y los diálogos son los mismos pero
las expectativas, el conocimiento del séptimo arte y nuestras emociones son
diferentes.
Las vivencias son la clave para entender este fenómeno. En
práctica, la vivencia es una unidad entre lo que vivimos (los estímulos del
medio ambiente) y como percibimos y analizamos estos estímulos (una percepción
y un análisis que a su vez estará determinado por nuestras experiencias
anteriores y nuestra configuración psicológica). Para ponerlo en palabras
sencillas, es como si cada persona viese la misma realidad pero a través de un
cristal único en el mundo. Por ende, su percepción ante la situación será
diversa.
Como se puede presuponer, no se puede hacer referencia a que
una percepción sea más adecuada que la otra, simplemente son diferentes.
Obviamente, desde el punto de vista científico, mientras menos emociones y
expectativas estén en juego, más nítidamente podremos percibir la realidad.
En este punto seguramente te estarás preguntando cómo
podrías aplicar el Efecto Rashomon a tu vida cotidiana. En este sentido, es
importante que te percates que las personas que te rodean no te mienten cuando
te narran su propia versión de los hechos. Por ende, probablemente evitarás
muchas discusiones de pareja.
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