lunes, 19 de marzo de 2012

¿Dominación, sumisión o igualdad? tres formas de dar la mano


A menudo utilizamos el gesto de dar al mano cuando conocemos a alguien por primera vez, cuando cerramos un acuerdo o cuando saludamos a una persona que ya conocemos, entre otras cosas. En realizar este gesto utilizamos aproximadamente entre 1 y 4 segundos, sin embargo, en un espacio de tiempo tan corto podemos saber mucho acerca de dos personas que se estén dando la mano, podemos saber algo acerca de sus personalidades, acerca de qué piensan sobre sí mismos y también acerca de qué tipo de relacion hay entre ambos; esto último es lo que vamos a analizar ahora.
los tipos de apretón de manos 
En terminos generales, el apretón de manos puede hacerse de muchas formas, sin embargo, hay un detalle que nos desvelará mucho acerca de la persona que da o recibe la mano, es la inclinación de la palma de la mano. Dependiendo de si la palma de la mano que está ofreciendo una persona está hacia arriba, hacia abajo, o vertical, tendrá un significado diferente:

Apretón de manos dominante: Cuando una persona ofrece la mano con la palma hacia abajo, quiere decir que esa persona es dominante o que quiere dominarnos. Normalmente este tipo de apretón de manos lo hacen personas que se creen superiores a los demás o que realmente lo son, por ejemplo, el jefe de un departamento siempre intentará dar un apretón de manos dominante a sus empleados, igual que lo haría un rey (de hecho, los reyes y reinas antiguos extendían la mano con la palma hacia abajo de forma exagerada, para que un súbdito pudiera besarle la mano mientras se agachaba en señal de sumisión).

El apretón de manos sumiso: Es el contrario al apretón de manos dominante, es decir, cuando se ofrece la mano, la palma queda ligeramente inclinada hacia arriba. El apretón de manos sumiso muchas veces se hace de forma obligada, sobretodo cuando la otra persona ya te ha tendido al mano de forma dominante, sin embargo hay muchas personas que lo hacen porque se consideran inferiores o para otorgarle más autoridad a la otra persona. Las mujeres en muchas ocasiones ofrecen la mano de forma sumisa para recalcar su feminidad o en algunas culturas de forma inconsciente otorgandole más autoridad al hombre.

El apretón de manos de igualdad: Es cuando las dos palmas de las manos quedan justamente en posición vertical. Este apretón de manos lo usan personas del mismo estatus social o personas que compiten para darse entre sí un apretón de manos dominante, en el que al final hay un juego de poder donde lo más probable es que ninguno de los dos gane y las dos palmas acaben en esta posición.

viernes, 16 de marzo de 2012

LAS PERSONAS MAS TRISTES VEN MÁS LA TV

Las actividades diarias en las que ocupamos nuestro tiempo libre pueden decir mucho sobre cada uno de nosotros. Así, algo tan cotidiano como ver la TV, puede ser un indicador de nuestros niveles de felicidad. De hecho, la idea de correlacionar la cantidad de tiempo que pasamos delante de la televisión y los niveles de bienestar psicológico no es nueva. Investigadores del Baker IDI Heart and Diabetes Institute de Melbourne en Australia afirman a partir del análisis de más de 8.000 personas que ver mucha televisión reduce la esperanza de vida.
En los Estados Unidos las personas pasan un promedio de dieciséis horas diarias delante de la televisión; tanto es así que alrededor de la mitad del tiempo libre se emplea en este pasatiempo (si puede llamársele así). De esta forma, un equipo de sociólogos de la Universidad de Maryland ha estado recopilando datos al respecto durante un periodo de treinta años.

¿Los resultados? Las personas que no son felices pasan más tiempo viendo la televisión mientras que las personas que se describen a sí mismas como felices dedican más tiempo a leer y a socializar. Las personas infelices consumen un 20% más de televisión que la gente feliz, con independencia del nivel educativo, los ingresos, la edad y el estado civil.

En este estudio se involucraron alrededor de 30 mil adultos a los cuales se les pedía que llenaran diarios donde evidenciaran cuán gratificantes eran cada una de las actividades cotidianas. Entonces surgió un resultado sorprendente: las cuestionarios de las personas felices y aquellas que se sentían continuamente tristes diferían variaban substancialmente en una tarea: ver la televisión.

Otro resultado curioso es que el tiempo libre de las personas tristes es mucho mayor que el de las personas que se reconocen felices, un 51% frente a un 19% (un resultado que no es del todo nuevo ya que en el pasado se ha demostrado que las personas más ocupadas muestran mayores niveles de felicidad). Sin embargo, extrañamente, quienes estaban más ociosos también experimentaban más prisa que aquellos que carecían verdaderamente de tiempo libre, un 35% en comparación con un 23%. En resumen, que tener mucho tiempo y no saber cómo llenarlo no parece ser muy gratificante. Por si fuera poco, las personas que miraban más la televisión reconocían que: “es una pérdida de tiempo inútil”.

Pero… ¿la televisión conduce a la tristeza o viceversa?

Ver la televisión es una tarea sencilla, que no demanda esfuerzos considerables y que puede compararse con el placer momentáneo que producen las drogas: producen una satisfacción momentánea pero a largo plazo son productores de sentimientos de insatisfacción pues nos alejan del resto de las personas y va disminuyendo paulatinamente nuestra socialización.

A la misma vez, es normal que las personas tristes no tengan deseos de socializar por lo que optan por la actividad que tienen a mano: ver la televisión. Por ende, las relaciones entre televisión y tristeza serían multideterminadas y es que no debemos olvidar que todas las cosas en extremo resultan dañinas.