Una duda común al iniciarse en el estudio del lenguaje corporal es:
-¿Por
dónde comienzo a “leer” cuando veo a una persona?
-¿Cómo recordar tantas
reglas?
El secreto es seguir tres fases
perfectamente diferenciadas que hacen de la interpretación no verbal una tarea
mucho más fácil de acometer.
Primera fase (el “feeling” general):
Al principio debemos estudiar la postura general del cuerpo del
individuo. Normalmente, cuando una persona o situación ha captado nuestro
interés, nos acercamos o hacemos gestos de aproximación (movemos nuestras manos
hacia la persona, muy sutilmente). Sin
embargo, si la situación es desagradable, ocurre lo contrario; nos alejamos.
Segunda fase (Aquí y allá):
La manera como utilizamos nuestros brazos, piernas, pies y manos nos
puede dar la siguiente pieza de información.
No es difícil, aún para un novato en estas lides, poder determinar a
través de las expresiones con las manos si una persona se encuentra relajada
(movimientos asimétricos a velocidad media) o tensa (movimientos más rápidos).
Tercera fase (Los pequeños detalles):
La cara o el cuerpo son profusos en micromovimientos que sólo podemos
detectar con suficiente práctica, como el alzar las cejas, sonrisas rápidas y
gestos repetitivos con las manos. Hay
que prestar especial atención a los micropicores, que duran menos de cinco
segundos y pueden manifestarse en cualquier parte del cuerpo o la cara.
Para Turchett, los micropicores faciales son un factor clave para saber
si una persona se encuentra a gusto ante una situación o persona. Por ejemplo, en una situación agradable, nos
rascaremos el párpado inferior o la parte superior de la mejilla, en un movimiento
inconsciente que trata de “abrir” el ojo al estímulo que tenemos enfrente. Por
el contrario, si estamos incómodos nos rascaremos el párpado superior buscando
bloquear nuestra visión de la situación , en un intento psicológico de evadir
la realidad.
También es importante destacar las diferencias entre el lenguaje de
gestos que se desarrolla con la parte izquierda del cuerpo y el que se lleva a
cabo con la derecha, pues como recordarán, el hemisferio derecho controla la
mitad izquierda del cuerpo y el hemisferio izquierdo controla la derecha. Dicho esto, y recordando la “personalidad” de
cada hemisferio (el izquierdo se encarga del lenguaje y de los detalles;
mientras que el derecho gestiona en mayor medida las emociones, la intuición, y
la abstracción), al observar la gestualidad los gestos a la derecha responderán
a la razón, mientras que los de la mitad
izquierda estarán más relacionados con las verdaderas emociones.
Leer el lenguaje corporal no es fácil al principio; pero se te hará más
fácil si sabes diferenciar una sonrisa falsa de una verdadera o si conoces los
diez mandamientos de una imagen persuasiva.
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